viernes, 13 de marzo de 2015

La Copa de los horrores.

El mate de Esteban Batista marcó el inicio de la Copa 2013-2014.



¿Es la Copa de Grecia el torneo más patético de Europa?

Cada año repiten la misma aseveración: “hemos tocado fondo”. “Peor no se pueden hacer las cosas”, aseguran. Pues no. Las cosas siempre pueden ir a peor. Siempre.

La Copa de Grecia de baloncesto –la de fútbol también, pero aquí no toca- nos recuerda año tras año que no hay en Europa una competición más patética.

Partiendo de un formato penoso, sin partidos de ida y vuelta –de recuperar el formato antiguo con Final Four ni soñarlo- y con sorteos sospechosos, las eliminatorias nadie sabe muy bien cuando se juegan. Algunos equipos empiezan a jugar en dieciseisavos, otros en octavos y los más fuertes en cuartos. O algo así, vaya.

Este año el esperpento ha alcanzado cuotas de surrealismo inimaginables.

¿Por qué se ha llegado a esta situación? ¿Quiénes son los culpables?

Yo lo tengo claro: los principales culpables del desaguisado son los aficionados del Panathinaikos y del Olympiacos. Tampoco están exentos de responsabilidad los dirigentes de ambos clubes, echando siempre más leña al fuego, y la Federación, que lleva demasiados años mirando hacia otro lado.

La Copa se ha ido modificando en función del comportamiento de las dos hinchadas, así de claro.

Que es una competición herida de muerte desde hace años, lo saben todos.

Lo único que podía hacer atractiva la Copa era una final Panathinaikos-Olympiacos, y por ello amañaron los sorteos. Digo “amaño” –con todas las letras-, porque es lo que dicen los propios griegos. No es normal que entre la temporada 2007-2008 y la 2012-2013 (6 veces seguidas) las caprichosas bolas nos hayan conducido al mismo enfrentamiento. Con ello, convirtieron la Copa en un torneo de usar y tirar, comida basura.     

Por culpa de los constantes problemas con los violentos, la Federación trasladó la final al Hellinikó, un señor pabellón que casi no se utiliza y que se construyó para los Juegos Olímpicos de Atenas. Ni por esas. Las peleas entre ultras continuaron. Los enfrentamientos se producían antes, durante y después de las finales. Ni siquiera dejar el campo semivacío –sólo se llenaban las esquinas- evitaba el lanzamiento de bengalas y sillas.

Las imágenes  de la final de la temporada 2012-2013 dieron la vuelta al mundo: una bengala impactó en la cabeza de Kyle Hines y aficionados de los dos equipos invadieron la pista. Al día siguiente, los titulares de siempre.  

No se sabe si en la temporada 2013-2014 amañaron el sorteo para evitar precisamente la final de siempre y así los altercados, pero el caso es que PAO y Olympiacos se cruzaron en la semifinal. Los verdes se impusieron en el OAKA, proclamándose campeones oficiosos del título.

Sobre la pantomima de la final del año pasado, ya escribí esto. En lugar de poner la final a medio camino entre Atenas y Salónica, la Federación mandó jugar en Creta. Evidentemente, más del 90% de los aficionados “neutrales” apoyó al Panathinaikós. Un puñado de valientes seguidores amarillos voló desde Salónica o llegó a Creta en barco. En el pabellón sólo había globos verdes preparados para cuando el PAO ganase. Eso sí, se evitó cualquier tipo de enfrentamiento violento entre hinchadas. Café descafeinado.

Como el experimento “salió bien” –no hubo violencia-, decidieron repetir esta temporada. Esta vez, sin embargo, el sorteo deparó el cruce de colosos en cuartos.

El Panathinaikos ganó al Olympiacos gracias a un mate de Batista en el último segundo, con lo que los verdes se adjudicaban oficiosamente el primer título de la temporada nada más empezar.

El choque trajo cola. Los visitantes dominaron casi todo el partido, pero volvieron a desafinar en los últimos minutos. Los aficionados del Pireo cargaron contra sus jugadores y fueron a esperarlos al pabellón para increparles. Bartzokas abandonó el banquillo rojillo y fue sustituido por Milan Tomic de manera interina. Sin embargo, el esperpento no había hecho más que empezar.

El Olympiacós recurrió el partido y ganó en los despachos… hasta que el PAO presentó otro recurso y el tribunal competente acabó dándole la razón.

La Copa personifica una situación cansina, triste y agotadora: por un lado, los dos cocos enredados en sus cosas, y por otro, el resto de equipos.

El PAO-Olympiacos debería haberse jugado a puerta cerrada, porque, para variar, el equipo del trébol arrastraba una sanción de la final liguera de la temporada anterior. Había público en la zona de la tribuna, incluido Dimitris Giannakopoulos, que había sido sancionado con 3 meses sin entrar en recintos deportivos. Se saltó la ley a la torera, como tantas otras veces.

Mientras ambas directivas presentaban recursos y publicaban comunicados, la competición seguía por el otro lado del cuadro. El Apollonas Patras sorprendía al AE Neas Kifisiás en su casa (73-75) y se metía en la final 18 años después.

Cuando parecía que el Olympiacos iba a ser el rival del PAOK en la otra semifinal, el tribunal competente dio por bueno el recurso del PAO y falló a favor de los verdes. Un triple sobre la bocina de Vladimiros Giankovits dio la victoriaal Panathinaikos (68-71) y clasificó a los de Ivanovic para la final.

Por lo tanto, la Copa de este año la ganará el PAO –salvo sorpresa mayúscula- con sangre, sudor, lágrimas, recursos, un “mate uruguayo” y un triple salvador. En lugar de levantar el título en marzo, como estaba previsto, lo hará en abril, y en lugar de hacerlo en una pista neutral, lo hará en su casa.

Lo de la elección de la sede de la final ha puesto el colofón perfecto a un torneo de risa.
La Federación quería llevar de nuevo la final a Creta, pero tanto el PAO como el Patras se mostraron reticentes. ¡Es más, pretendían que la final se jugase en su pabellón! ¿No hay más pabellones en toda Grecia?

La Federación se lavó las manos y optó por la decisión salomónica de sortear la sede entre Patras y Atenas, ahí es nada.

Es la propia organizadora del torneo la que este año acaba decidiendo que la final no se juegue en campo neutral, al contrario que el año pasado, cuando tampoco el PAO y el Aris estaban de acuerdo en viajar a Creta pero tuvieron que tragar.

Una bolita y una mano inocente decidieron, para sonrojo de periodistas, directivos, jugadores y aficionados al baloncesto en general. Lamentable. La final se jugará en el OAKA el 5 de abril, supongo que con aficionados de los dos equipos en el pabellón, o a lo mejor no, que en Grecia nunca se sabe.

viernes, 6 de marzo de 2015

Más allá de una rivalidad.



La rivalidad Panathinaikós-Olympiacós va más allá de los terrenos de juego. Si a los primeros se les ha tildado siempre de ser el equipo del Gobierno, a los segundos se los asocia con la clase trabajadora. Los del PAO más cercanos a la derecha, idea que permanece en el inocente colectivo sin duda por los favores recibidos durante la época de la Junta Militar, y los del Olympiacós a la izquierda, por provenir el club de una zona portuaria de marineros currantes.

Como sucedió en Salónica, donde el Aris y el PAOK -e incluso el Iraklís- crecieron en gran parte merced a la rivalidad existente, en Atenas el PAO y el Olympiacós siempre han estado como el perro y el gato. Se odian, pero está claro que se necesitan. En fútbol, en voleibol, en waterpolo y en baloncesto los dos colosos suelen disputarse todos los títulos año tras año, tanto en categoría masculina como en femenina.

Desde la temporada 1992-93 (el formato actual de la liga se inicia entonces) el Panathinaikós y el Olympiacós se han enfrentado 14 veces en la final y llevan 9 de manera ininterrumpida. Desde aquel lejano 1993 han pasado tantas cosas que podríamos escribir un libro, hacer una película o incluso grabar un culebrón.

Debemos remontarnos hasta la temporada 2004-2005 para encontrar una serie final en la que no está uno de los dos equipos (PAO-AEK), y a la 1990-91 para no encontrar a ninguno de los dos (Aris-PAOK).

Desde la negativa del PAO a jugar el cuarto partido en las eliminatorias de 1993 hasta la victoria en los despachos del equipo verde en la Copa de este año, ha pasado absolutamente de todo, desde series memorables de gran baloncesto hasta autobuses apedreados e incluso una muerte en el año 1995. Lamentablemente, en demasiadas ocasiones los problemas extradeportivos han eclipsado las series de dos equipos que, conviene recordarlo, suman 9 Euroligas de las últimas 19 (y 13 finales de las últimas 22)

Algunos protagonistas llevan en primera línea de fuego desde 1992. Alvertis y Tomic a pie de pista, y la familia Giannakopoulos en los despachos, principalmente. Comparando lo que pasaba  hace más de 20 años y lo que pasa ahora, me doy cuenta de que no hemos avanzado nada. Las peleas salvajes entre los aficionados, el comportamiento ridículo de los directivos y las polémicas arbitrales siguen al orden del día. Contemos algunas batallitas.

PLAY OFFS DE LIGA Y FASE REGULAR.

- Temporada 1992-93: el PAO decide no presentarse al cuarto partido en señal de protesta por el mal arbitraje del tercero, centrando sus críticas en el colegiado Koukoulekidis, que en principio no formaba parte de la terna. A las 12 del mediodía al PAO se le comunicó que el árbitro Nikos Papadimitriou no podría dirigir el encuentro. En su lugar pitaría Koukoukelidis, que según los verdes se encontraba “casualmente” - sospechosamente…- en Atenas ese mismo día a las 16:00 de la tarde. La serie estaba 2-1 a favor del Olympiacós, que había roto el factor cancha ganando en Glyfada, el antiguo campo del PAO, por 72-77. 
Para celebrar el título, las cheerleaders se presentaron de esta guisa.

Que no se presentase el eterno rival no impidió que los rojiblancos celebrasen el título por todo lo alto en el SEF, donde las cheerleaders animaron el cotarro a base de bien, qué remedio. Algunos aficionados aparecieron con gallinas vestidas con bufandas verdes. Los jugadores dieron unas vueltas al campo en chándal e hicieron una ridícula rueda de calentamiento antes de que el público prácticamente se les avalanzase encima. ¡Menuda manera de estrenar el nuevo formato de competición!

- Temporada 1993-94: Sigalas y Alvertis se enzarzan a puñetazos en uno de los partidos del play off semifinal, al parecer porque el primero entiende que el segundo ha golpeado a Eddie Johnson. En realidad había sido Stojan Vrankovic el que había sacado su mano derecha a pasear, pero cualquiera se atrevía con él. El PAO se impuso en la serie y derrotó al PAOK en la final.

- Temporada 1994-95: aunque el partido no es de play off, el ambiente está más caldeado de lo normal porque Zarko Paspalj vuelve al SEF, esta vez vistiendo la camiseta del eterno rival. Al público le da por lanzar huevos a la pista y el partido tiene que ser interrumpido no menos de 10 veces. El montenegrino agarra la última bola y anota con la derecha, dando la victoria al Panathinaikós. Cuando le preguntaron por qué había lanzado con la derecha, respondió: “es que con la izquierda me estaba sujetando la…


- Temporada 1994-95: el Panathinaikós empata la serie a 2 ganando en Glyfada por 65-57. Tras el partido se producen graves incidentes en la misma plaza del barrio ateniense y un aficionado verde es acuchillado. Literalmente, muere como un perro, tumbado en la acera y sin recibir ningún tipo de asistencia. El vídeo del aficionado muriendo en el suelo y las fotos del mismo llenan los informativos. El fallecimiento mancha de sangre la serie y el Ministro de Deportes decide aplazar el quinto partido, que acaba disputándose 15 días después. Se juega en medio de un terrible ambiente y con los nervios a flor de piel. La Federación decide no dar entradas a los visitantes, hecho que enerva sobremanera a los hermanos Giannakopoulos. El tanteo lo dice todo: 45-44 para los locales con fallo decisivo de Ekonomou desde más allá de 6,25 en el último tiro.

- Temporada 1995-96: el PAO derrota al Barça en París con el tapón de Vrankovic, pero a partir de ahí empiezan los problemas. Dominique Wilkins alega problemas físicos y Maljkovic decide no forzarlo en los primeros partidos de la serie final contra el Olympiacós. Los aficionados quieren ver jugar a su ídolo aunque sea cojo, y le acusan de tener ya firmado un contrato nuevo en la NBA para el año siguiente. Dominique abandona el club antes del quinto y definitivo partido.
73-38 No olvido.

El Olympiacós humilla al campeón de Europa, imponiéndose por 73-38, la mayor paliza de la historia de las finales.

- Temporada 1998-99: se produce un hecho curioso cuando el PAO, entrenado por Subotic, gana el último partido de la fase regular al Olympiacós, pero no consigue recuperar el average. Entonces la afición la toma con Subotic y con su propio equipo por no haber conseguido la remontada. A pesar de la desventaja de campo, el PAO acabó ganando la liga.

- Temporada 1998-99: por primera vez desde que funciona el nuevo formato un equipo logra ganar el quinto partido en pista contraria. Lo consigue el PAO, que vence por 53-62. Los aficionados marineros enloquecen y se monta una batalla campal contra la policía. Se habían producido incidentes en los aledaños del Palacio de la Paz antes del partido y continúan después, incluso en el propio puerto. El parqué del pabellón acaba lleno de sillas y demás objetos.

El triple de Nikos Ekonomou en el Pireo a falta de 50 segundos le redime del fallo de las finales de la temporada 94-95, cuando el PAO perdió la liga.

- Temporada 2000-01: será recordada por el gran quinto partido de Alvertis, que con tres triples sentenciaba la final.

- Temporada 2001-2002: en el partido de la fase regular, Bodiroga se encara con el público del SEF, que acaba lanzando de todo hasta que un botellazo tumba al árbitro Lázaros Boreiadis. Cae alguna botella en el banquillo verde y Dejan la devuelve, montándose la de Dios, claro. 

Evidentemente, el partido queda suspendido cuando cae noqueado el juez (el PAO iba ganando por 52-62). Se intenta seguir al cabo de 35 minutos, pero a los 90 segundos del reinicio tiene que suspenderse definitivamente por el jaleo que se ha vuelto a montar. La pelea continua en los vestuarios y la Federación da ganador al PAO por 20-0.

- Temporada 2001-2002: el Olympiacós se niega a dar entradas al equipo del trébol en el partido de semis del play off, hecho que enciende los ánimos de los atenienses. Antes del segundo choque en el SEF, el autobús verde es apedreado cuando se dirige al pabellón, rompiéndose los cristales y causando lesiones de distinto orden muchos jugadores: Alvertis, Kalaitzidis, Darryl Middleton, Mulaumerovic y alguno más tienen que ser asistidos. El enfrentamiento tiene lugar 6 días después de lo previsto, durante los cuales el Olympiacós presenta un recurso a la Federación con el objetivo que le den el partido por ganado por incomparecencia del rival. 

En medio de aquel enrarecido ambiente, con las gradas medio vacías, tuvo lugar el partido. En él se produjo la mayor tangana que se recuerda. Al poco de empezar el tercer cuarto, el francés Stephane Risacher se enzarzó con Lázaros Papadopoulos, que se revolvió. Tomic le soltó un puñetazo a Bodiroga y Alfonso Ford se metió también por ahí. El quilombo terminó con 7 expulsados: Tomic, Risacher, Femerling, Alfonso Ford, Bodiroga, Kalaitzís y Papadopoulos. El Olympiacós acabó con 6 jugadores y el PAO con 7. El partido continuó y el Olympiacós acabó ganando, eliminando así al eterno rival (80-76).

- Temporada 2003-2004: se producen lamentables incidentes en los exteriores del SEF.

- Lejos de calmarse la cosa, en la última década los problemas han ido a más. En casi cada choque se han producido altercados en las inmediaciones o dentro del pabellón. Es imposible reflejar todas las batallas campales que ha habido en pocas líneas. Debería ir año por año y partido a partido. Recordemos sólo algunas historias para no eternizar el post.

- Temporada 2005-06: en el tercer partido de la serie jugado en el OAKA, Nikos Barlos recibe el impacto deun objeto y cae tendido al suelo. También sufren agresiones de tipo similar Argyropoulos y Kalaitzidis, que no están entre los 12 convocados, a quienes les cae una bengala encima. Ambos son trsladados al hospital y son atendidos por quemaduras leves en el hombro y problemas en el oído. El ayudante del entrenador, Paschópoulos, es herido en un costado, al parecer tras recibir dos disparos con un arma (¿una escopeta?) de aire comprimido. Barlos recibe algunos puntos de sutura, pero sigue jugando.

- Temporada 2006-07: el PAO logra su quinto título consecutivo en el año del primer triplete, aunque los del Pireo protestan una jugada del tercer partido (acabó 86-85 para el PAO) en la que el árbitro Tasos Piloidis se tragó el pito en una acción de Diamantidis sobre Penn, que al parecer era falta personal. El quinto partido se juega en el OAKA y se permite a los aficionados rojos ocupar parte de las gradas. Tras una batalla de bengalas de las habituales, los MAT cargan contra los seguidores del Olympiacós que, cabreados por la derrota, deciden arrancar y tirar cuantas más sillas mejor.

- Temporada 2007-08: el cuarto partido quedó interrumpido en el minuto 3 por el lanzamiento masivo de objetos por parte de los aficionados locales del Olympiacós. El árbitro Koukoukelidis anotó en el acta que había sido alcanzado por una botella de Ouzo (son pequeñitas y de cristal). Al cabo de una hora y tras los mensajes llamando a la calma por parte de Panagiotis Angelopoulos y Panagiotis Giannakis, el partido se reanudó.

A pesar de la victoria local por 59-57 que forzaba el quinto partido, los aficionados no dejaron de tirar petardos, botellas y bengalas al campo. Los verdes salieron por el túnel escoltados por los jugadores del Pireo.

El quinto partido no estuvo exento de polémica a pesar de que la policía, para evitar posibles disturbios, dejó el OAKA medio vació. Sin embargo, como la ley permitía que el equipo visitante pudiera ocupar el 20% del aforo, se produjo una pelea de bengalas, que cruzaban el aire de un lado a otro de la pista. Un empleado de seguridad acabó con heridas graves. Los aficionados del Olympiacós destrozaron los lavabos y la sala de prensa acabó inundada. 

Además de todos estos episodios, de este último partido es muy recordado el directo de Woods a la cara de DejanTomasevic, que mantiene la calma de manera heroica.

- Temporada 2008-09: en el año del segundo triplete del PAO, el primer partido en el SEF acaba como el Rosario de la Aurora. Papaloukás puede llevar el partido a la prórroga pero falla una entrada, aunque él considera que ha sido objeto de falta personal. El lanzamiento de objetos no se hace esperar incluso contra los propios jugadores del Olympiacós. Panagiotis Angelopoulos baja a los vestuarios y presenta una protesta por el arbitraje. El PAO se impone tras la reanudación por 67-69 y acaba saliendo por piernas. La imagen del partido es la de un aficionado rojiblanco pegando a Bourousis, que no duda en repeler el ataque.

El segundo partido de la serie no estuvo exento de polémica a pesar de que el Panathinaikós aplastó al Olympiacós por 91-64. Una bolsa del banco pireota prendió fuego en medio de botes de humo y un petardo explotó junto a Vujicic, al que le produjo una leve lesión.

- Temporada 2009-10: el cuarto partido en el SEF no se acabó nunca. Tras varias interrupciones por altercados diversos y después de más de 4 horas, los árbitros dieron por terminado el choque a falta de 1:03, cuando el PAO tenía decidida la contienda a su favor (69-76). Ya antes del enfrentamiento se habían producido episodios de violencia entre los MAT y la afición marinera, que obligaron a retrasar el inicio 45 minutos. En el minuto 23 cayeron varios petardos en el banquillo del PAO durante un tiempo muerto y el equipo se retiró a los vestuarios. Los árbitros decidieron que se reiniciase la comedia 70 minutos después, pero señalaron el final antes de que terminase el tiempo, de nuevo por lanzamiento de objetos. 

- Temporada 2010-2011: en el partido de la fase regular, una bengala lanzada en el OAKA impacta en Theodorís Papaloukás. Los árbitros paran el partido, que se reinicia al cabo de unos minutos. El enfrentamiento puede terminar y el Olympiacós se impone, abandonando la pista en medio de una tremenda lluvia de objetos, como no podía ser de otra manera.  

- Temporada 2010-11: el PAO se proclama campeón rompiendo la ventaja de campo rojiblanca. A partir del segundo choque, el Olympiacós carga contra los colegiados, en aquellas finales que acabaron con el amago de renuncia de Bourousis de la Selección en señal de protesta (luego se echó atrás). El último partido de la serie en el OAKA también acabó mal a pesar de la victoria local. Diamantidis y Tsartsaris tuvieron que intervenir para evitar que Bourousis fuera agredido camino de los vestuarios.

- Temporada 2011-12: el Oympiacós vuelve a ganar la liga contra el eterno rival, hecho que no ocurría desde 1996. La final será recordada por los tristes incidentes que se produjeron antes del primer partido, cuando unos desaprensivos apedrearon el autobús del Panathinaikós como en 2002. Perperoglou y Smith acabaron en el hospital: saltaron cristalitos y corrieron serio riesgo de que les entrasen en los ojos. Al final el partido se jugó y la serie se la llevaron los del Pireo.

- Temporada 2012-13: el tercer partido de la serie no se acabó nunca, cuando quedaba tiempo suficiente para por lo menos forzar la prórroga. Fue inútil. El público del SEF explotó a falta de 1:27 para el final y el PAO ganó el campeonato. Quizás los aficionados no se hubieran vuelto locos si el presidente del PAO, Dimitris Giannakopoulos, no hubiera acusado al Olympiacós de haberse dopado en la final four, o no hubiera bajado en el intermedio del segundo partido a amenazar a los árbitros, diciéndoles que no saldrían vivos del OAKA. Cayeron bengalas, petardos, botes de humo, sillas, palos y banderas. El banquillo verde salió por piernas y Mike Bramos fue herido, mientras la policía peleaba con los radicales. Los árbitros mandaron desalojar las gradas inútilmente y el curso terminó de la peor manera.

EUROPA.

Final Four de Tel Aviv, 1994.

La mayoría de los aficionados de ambos equipos se desplazan en barco hasta Israel. Casualmente, llegan casi a la par al puerto de Haifa, donde empiezan los primeros rifirrafes. Evidentemente, las peleas se prolongan durante todo el fin de semana e incluso se producen altercados en los Santos Lugares.


A parte de producirse enfrentamientos violentos en Zaragoza, también hay problemas en los aeropuertos de Barcelona o Madrid, donde aterrizan muchos aficionados. Sin embargo, lo peor se vive en Roma, cerquita del Coliseo, donde los Carabinieri se ven obligados a intervenir. Varios de los violentos son detenidos y no vuelven a Grecia hasta pasada la Final Four.

Final Four de Estambul, 2012.

Aunque la semifinal no enfrenta a los dos equipos entre sí, ello no impide que acaben a la brega frente a Santa Sofía. La pelea dura más de dos horas y algunos continúan el festival cargando contra aficionados del Galatasaray, que se preparaban para el derby futbolístico del día. El día de regreso, aficionados verdes se presentan en el parking del Sinan Erdem y apedrean los autobuses del Olympiacós. Hay heridos y varios detenidos.

COPA DE GRECIA.

Hasta la temporada 2007-2008, Grecia sólo había visto tres finales de Copa Panathinaikós-Olympiacós. Desde entonces hasta 2013, los caprichosos sorteos depararon dicha final 6 veces seguidas. A más enfrentamientos, más peleas entre aficionados y más polémicas entre directivas.  

A pesar de trasladar la final al Hellinikó y de vaciar prácticamente las gradas de aficionados, las batallas campales continuaron produciéndose, tanto dentro como fuera del pabellón.

En 2008 los seguidores del PAO llegaron antes al pabellón y recibieron a sus rivales con lanzamiento de bengalas y petardos. La policía no pudo evitar la pelea ni los lanzamientos de sillas al final del encuentro.

En 2012 una bengala lanzada desde la otra canasta impactó en la cabeza de Kyle Hines mientras estaba realizando el calentamiento. Una especie de navaja impactó también en Mike Bramos cuando éste se encontraba en el banquillo. Se desalojó por completo el campo, no sin que antes se produjeran peleas cuerpo a cuerpo dentro del parqué entre las hinchadas.

Parecía que la única manera de terminar con tanta violencia fuese la de hacer lo posible para que los dos colosos se enfrentasen antes de la final. Casualmente, las dos últimas temporadas ha sido así. Ha habido dimes y diretes entre directivas, pero por lo menos las dos hinchadas no han tenido que verse las caras en campo neutral. Mi próximo post irá sobre la Copa de Grecia, un torneo patético que va de mal en peor.