viernes, 11 de septiembre de 2015

Eurobasket 2015: tocará escalar el Mortirolo.

Montaje: Gazzetta.gr.

Si no se producen sorpresas sonadas en los cruces, el camino a la final para la Selección de Grecia debería ser: Bélgica-España-Francia-Serbia. Una pared. El objetivo sigue siendo la medalla, pero ahora para evitar el Preolímpico hay que deshacerse de España y Francia, nada menos. Muy difícil, por no decir imposible. No tanto por España, que no anda muy fina, sino por Francia, equipo físicamente muy superior al griego.

Buena primera fase, aunque no excelente.

Grecia ha terminado primera de su grupo con 5 victorias y 0 derrotas. Lo más destacado han sido las victorias contra Croacia por 2 puntos y contra Eslovenia. A priori las cifras intimidan, pero no hay para tanto.

Contra los anfitriones, el equipo tuvo que remontar diferencias de 10 puntos al más puro estilo Olympiacós, demostrando, una vez más, que a los griegos hay que matarlos varias veces durante el mismo partido. Croacia no lo hizo y lo pagó.

Contra Eslovenia el partido estuvo controlado hasta el tercer cuarto, cuando Blazic y Zoran Dragic calentaron la muñeca. Apoyados por su público y por sus dos figuras, los eslovenos estuvieron a punto de dar la vuelta al marcador. Sin embargo, la salida a pista de Spanoulis en el último cuarto, puso las cosas en su sitio. Vasilis se salió en el primer tiempo, se sentó en el banquillo en el tercer cuarto y regresó a la cancha para ordenar la cosa y resolver. A lo Papaloukás. Tomó nota de cómo iba el partido y puso remedio.

Viendo los apuros para pasar y los rivales que ha tenido España, uno se pregunta si es preferible superar la primera fase sufriendo o “siesteando”, que es lo que hizo Grecia en algunos de sus choques. España llega metida de lleno en la competición y Grecia un poco fría, como sin tensión.

Grecia ha jugado bien por momentos, pero sin brillantez. Le ha faltado continuidad. Si bien en cuanto Calathes, Spanoulis y Printezis han apretado las tuercas a los rivales, no ha habido color, han faltado enemigos de entidad. La Selección sólo fue exigida contra Croacia y un rato contra Eslovenia, que en el fondo era lo esperado. FYROM no es lo que era, a  Georgia le falta un hervor y los Países Bajos están un nivel por debajo del resto aunque han peleado.

Nombres propios.

Cada vez que Spanoulis salía a cancha, el equipo lo notaba. Ha compartido muchos minutos en pista con Nick Calathes, que es quien ejercía de base. El no subir la bola  jugando de escolta le ha dado a Spanoulis más frescor en ataque. Ha tenido las ideas claras y ha estado fino de cara al aro. Además, ha repartido muchas asistencias. Llega a tope a la segunda fase. Como predije, Katsikaris ha repartido los minutos y Vasilis ni siquiera jugó contra los Países Bajos. Mentalizado y en forma, Spanoulis es el mejor. Poniéndolo de dos, Fotis ha conseguido también que Vasilis pierda pocos balones, su gran lacra el año pasado. No agota tanto el bote y todo lo hace con más sentido.

Cada acción de Giorgos Printezis deja poso. Ha brillado en el poste bajo con movimientos que ya sólo hace él en Europa. Se ha hartado de meterla con la zurda, añadiendo algún que otro mate espectacular a la causa. Giorgos está en plena madurez y con confianza. Incluso se ha atrevido con esos tiros de tres que tanto daño nos duelen todavía a los culés. En partidos clave tiene que jugar más porque es de los pocos que percute en la zona. Kaimakoglou no le ha cogido el ritmo al Eurobasket.

La pareja Koufos/Bourousis ha jugado bastante bien en ataque, pero ha tenido lagunas en defensa. El problema, aunque solucionable, de los pívots griegos, es que la mayoría de las canastas no las han trabajado debajo del aro. Casi siempre han venido de alguna asistencia, de algún rebote ofensivo o tras una larga jugada. Por momentos, la circulación de balón nos ha recordado otras épocas. Pocas veces se les ha visto ganar la posición, recibir de espaldas y jugar un uno contra uno. Es destacable la labor de Bourousis, que parece muy recuperado tras su extraña temporada. De todos modos, se le ha visto pedir el cambio en alguna ocasión por agotamiento. Hasta cierto punto, lógico. En defensa los dos tuvieron problemas contra Tomic y contra Slokar. Cuando toque Gasol, que se preparen. Ofrecen demasiadas dudas atrás. En ataque ambos han jugado bien las continuaciones del pick and roll con Spanoulis, Sloukas y Calathes, siguiendo hacia el aro y quedándose solitos.

Por lo demás, Zisis ha ido de menos a más, quizás porque eso de empezar en el banquillo lo desubicó un poco. Grecia lo necesita porque adolece de tiro exterior. Con él, Antetokounmpo nos ha dejado destellos, aunque yo esperaba mucho más. A Giannis le cuesta atacar una defensa cerrada o una zona. Se nota que está acostumbrado a correr y sufre cuando el partido se para. Sin embargo, su altura y sus brazos siempre están dispuestos a echar un cable en defensa. La timidez que demuestra espero que se le vaya con los años. Cuando Spanoulis ha conectado con él, el chaval ha acabado colgado del aro tras remontar la línea de fondo. También Calathes ha ido encontrándose mejor a medida que avanzaba la competición. Todavía le queda. Me ha dado la impresión de que iba con una marcha menos. ¿Se estará reservando para lo que viene? El último jugador destacable ha sido Kostas Sloukas, que a pesar de haber mostrado su chispa de vez en cuando, no ha sido regular. Sin embargo, sigue siendo un recambio de garantías con el que hay que contar.

Perperoglou y Kaimakoglou de momento están pasando por el torneo sin pena ni gloria. Katsikaris debe exigirles más. Juegan en posiciones clave y no han estado a la altura. Papanikolaou ha sido relegado a undécimo hombre de la rotación y Mantzaris a duodécimo. Desconzco si Fotis los está reservando para los cruces o simplemente lo ha decidido así por motivos tácticos. Los periodistas griegos en Twitter no entienden muy bien lo de Mantzaris, jugador muy útil para defender a anotadores rivales que juegan por fuera. Yo creo que no cuenta con ellos y se me hace difícil pensar que, sin ritmo de competición, puedan entrar ahora que se cuecen las habas.

Lagunas.

Sin duda, la defensa de los interiores tiene que mejorar si Grecia quiere aspirar a cosas grandes. De lo contrario, a la calle contra España. Con todo, lo peor no ha sido eso, sino el tiro exterior. Se han visto auténticas pedradas indignas de jugadores profesionales. En particular, lo de Calathes y Antetokounmpo ha sido horripilante. No eran ya tanto los fallos o las mandarinas, sino la mecánica de tiro, como si algo ahí en el codo se encogiese. Se han visto auténticos “yerrazos”. Los equipos rivales han permitido tirar a Grecia desde fuera, porque saben que sigue siendo el Talón de Aquiles de esta Selección. El problema viene de campeonatos atrás y no hay manera de resolverlo. No es que a España le esté yendo mucho mejor el tiro exterior, la verdad. Suerte de Pau Ribas, que no se está escondiendo y está acertando, porque lo de Rudy es preocupante.

Lo mollar.

Vamos a lo mollar, al tuétano de la cosa, al cogollo del asunto. Grecia ganará a Bélgica a pesar de haber perdido en Bruselas hace unos días. Los belgas se han ganado mi respeto y tienen jugadores de nivel que juegan en las grandes ligas europeas, sin embargo creo que no tienen nada que hacer contra Spanoulis, Zisis y compañía. El único problema que veo es que los de Fotis se vean clasificados antes de jugar y se duerman en los laureles como contra los neerlandeses. No pasará.

Grecia nos la tiene jurada desde 2007. Aunque hemos jugado contra ellos otras veces desde entonces, lo del Eurobasket de Madrid no lo olvidan.

Rudy Fernández es el jugador más odiado para la mayoría de los griegos y no caen nada bien ni Navarro ni Felipe, por considerar que hacen demasiados aspavientos. Curioso que los balcánicos precisamente se quejen de eso, ¿no? Parece que nosotros nos hayamos balcanizado y ellos se hayan aburguesado, vaya.

La cuestión es que en 2007 Grecia se veía peleando por lo más alto y tenía una de las plantillas mejores de su historia. Además, venía de aquella remontada increíble contra Eslovenia, con lo que el equipo llegaba crecido. Sin embargo, no pudieron contra el anfitrión, algo que debería haber entrado en sus planes. Pues no, han pasado los años y los griegos siguen diciendo que aquella semifinal fue un robo. Qué cosas, los griegos hablando de robos y de árbitros.

Tras aquel partido vinieron otros, como el del Mundobasket 2010 o el del Eurobasket 2013 con el “Kavvadazo”, que ganaron ellos, pero lo de Madrid 2007 lo tienen clavado todavía. Quizás porque esperaban vengar la paliza de Pekín.

España no llega bien y en cambio Grecia sí, no obstante, nos temen. Nos temen porque saben de baloncesto, respetan a Pau Gasol y son conscientes de que España es capaz de ganar a cualquiera en un día bueno. Por eso cuando leo comentarios de los aficionados que desprenden odio contra nuestra Selección, me relamo, porque no es odio sino temor. Los enfrentamientos entre los dos colosos griegos y Barça y Madrid, siempre polémicos, han calentado más la cosa.

España vs Grecia.

Dije que Grecia optaba a medalla, pero no contaba con que se encontraría contra España tan pronto. Aunque el momento de forma de los griegos es mejor, tenemos posibilidades porque son un equipo que nos va.

Grecia no tiene ese cuatro abierto tirador que tanto daño nos está haciendo, a no ser que Kaimakoglou se destape o Printezis salga de su zona. Pueden hacerlo, pero no son fiables. Quizás Antetokounmpo podría hacer esa labor, pero Fotis lo está haciendo jugar de tres y no está metiendo nada desde fuera. Es decir, Grecia no tiene las piezas con las qué hacernos daño ahí, en nuestro punto débil. Al contrario, Nicola Mirotic es el jugador ideal para castigar a los cuatros blanquiazules, a los que debe sacar de la zona y romperles la cintura. Confío en que Nicola salga extramotivado y haga un gran encuentro.

Donde quizás ellos podrían ser superiores sería en la posición de tres, siempre y cuando exploten el poste bajo. Volverá a ser clave la defensa de Rudy ante la “no convocatoria” de Claver. Serán importantes las ayudas si Perperoglou o Antetokounmpo consiguen recibir cerca del aro. Stratos sabe jugar cerca, pero está en el declive de su carrera y juega poco. Antetokounmpo pesa poco para jugar espalda contra espalda y le falta el conocimiento del juego que dan los años. Claro que si se empareja con Rudy en el poste bajo y aprovecha su altura, puede crearnos problemas. Quizás no anote, pero puede doblar.

Por dentro España es mejor, con Pau y Felipe imperiales, pero ojo con Bourousis y Koufos, que seguro que dan guerra. Creo que Koufos puede aguantar el cuerpo a cuerpo a Gasol hasta que lleguen los bomberos. Sin duda, Fotis habrá planteado una defensa con muchas ayudas al defensor de Pau. Y es justo ahí donde el joven alero de los Bucks potencia sus cualidades, poniendo tapones en la ayuda, sorprendiendo al atacante por detrás y robando pases de lado a lado. Antetokounmpo es un pulpo.

Por fuera las fuerzas se igualan siempre y cuando los Sergios jueguen como contra Alemania. A Pau Ribas le pondría vídeos de Spanoulis desde hoy mismo porque se encargará de él en el inicio. El Chacho, si sale de la segunda unidad, tendrá que vérselas posiblemente con Sloukas, a no ser que Fotis juegue la carta Mantzaris, que también podría ser. Reviviremos, por momentos, la última final de la Euroliga. Será un Olympiacós-Real Madrid a pequeña escala. Nos conocen y les conocemos.

Los dos equipos podemos jugar a dos velocidades porque ambos tenemos jugadores para hacerlo. Que si el Chacho, que si Llull, que si Sloukas, que si Spanoulis... El roster de Grecia es más amplio, puesto que en la rotación entran diez, once o los doce hombres. A un partido todo puede pasar, pero los minutos acumulados en las piernas de los españoles se pueden notar. España “se cansó” contra Italia, Alemania y Serbia. Grecia contra Croacia y Eslovenia.

El chip competitivo.

España, salvo excepciones, cuenta con jugadores expertos que vienen jugando este tipo de partidos, con sus clubes o con la Selección, desde hace años. Rudy infiltrado se parte la cara, Pau se faja y Llull suda la camiseta, por no hablar de Pau Ribas, que pese a haber llegado el último, es todo carácter. Y Felipe, qué decir de Espartaco, un competidor nato. Nacido para pelear.

De Grecia tampoco podemos dudar. Algunos, a sus 25 años, ya han jugado tres Final Four y han ganado títulos con las categorías inferiores de la Selección. Otros ya saben lo que es ganar un Eurobasket. Parecen irse del partido, pero se agarran al parquet y vuelven. Siempre vuelven. Y te afecta la moral. Son unos pesados. En este sentido, quizás Perperoglou, que es más frío que el hielo, y Antetokounmpo, son los que menos nos tienen que preocupar en los momentos calientes del partido. Es Spanoulis el que le echa los huevos que le faltan al resto, claro, y encima las mete. A pesar de quedarse atrás, no pierden la tensión e insisten. Nosotros no debemos deseperar.

Si no fuera porque he visto a España pasándolo muy mal, diría que somos favoritos. A Grecia, por su parte, le han faltado rivales duros. No puedo hacer un pronóstico. El corazón me dice España, pero la cabeza Grecia.

(Nota: Me encantaría que ganásemos, aunque sea sufriendo otra vez, porque, ¡qué diablos!, lo que se sufre se disfruta más).

(Nota 2: Post colgado antes de los octavos de final. Si gana Bélgica o Polonia, me tendré que comer el post con patatas. Ñam ñam).

viernes, 4 de septiembre de 2015

El objetivo es la medalla.


Este y no otro debe ser el objetivo de la Selección de Fotis Katsikaris en el Eurobasket. Por plantilla, exepriencia y calidad, debe ser así. Quizás ahora mismo Grecia esté un peldaño por debajo de España, Francia y Serbia, que a priori son los grandes favoritas, pero creo que la blanquiazul esta vez opta claramente a medalla. No digo al título, eso son palabras mayores, pero sí a estar entre los mejores.

No lo va a tener fácil el conjunto nacional, que va a pelear en Croacia contra los anfitriones y contra Eslovenia, país fronterizo que va a arrastrar a muchos aficionados. El debut tampoco va a ser fácil contra FYROM. La rivalidad con el país vecino va más allá de lo deportivo y, aunque no estén ni Antic ni Bo MccAlebb, FYROM siempre juega extramotivado contra los blanquiazules. Las bajas de los citados sumadas a la de Dragic por Eslovenia deberían dejar la primera plaza de grupo para Grecia o Croacia. Cualquier otra cosa sería una sorpresa.

La plantilla.

Finalmente Fotis optó por sólo dos cincos puros, Ioannis Bourousis y Kostas Koufos, en lugar de tres como otras veces. El último en quedarse fuera de los 12 elegidos fue otro pívot, el joven Dimitris Agravanis, que seguro que tendrá su oportunidad en el futuro. Esta vez, en lugar de acudir al Eurobasket con un pívot claramente titular y dos suplentes, Grecia va con dos titulares. Sin embargo, habría que preguntarse quién jugará en esa posición si alguno se lesiona o cae enfermo. Por eso, en mi post anterior sobre la Selección, aposté por el chaval en lugar de Perperoglou y me equivoqué.

Para compensar la falta de un pívot alto, Katsilkaris utiliza a Kaimakoglou, Printezis y Antetokounmpo, hombres versátiles acostumbrados a pelear dentro de la zona. Giannis Antetokounmpo ha jugado en la posición de cuatro durante la preparación, cuando en los Bucks lo suele hacer de tres. Dicha posición está cubierta por Stratos Perperoglou, reciente fichaje del Barcelona, y por Kostas Papanikolaou, ex del Barça. Con Giannis, Katsikaris ha encontrado a otro multiusos. Ha sido el mejor jugador de la fase de preparación con diferencia, y eso que no parecía esforzarse demasiado, como Pau Gasol con España.

Quizás viendo la que se avecina con franceses, españoles y serbios, lo mejor sea hombres-pegamento físicamente más fuertes. Por eso se ha quedado fuera Vasileiadis, el único lanzador nato, y ha entrado Perperoglou u otros. En próximas convocatorias será Thanassis Antetokounmpo el elegido, otro con un talento físico privilegiado.

Spanoulis, Sloukas, Calathes, Mantzaris y Zisis completan la batería exterior junto a Papanikolaou. Para Spanoulis y Zisis quizás la última oportunidad de ganar otra medalla con la Selección. Ya expliqué que Grecia podía jugar a dos velocidades, una más europea con ataques controlados y otra más “salvaje” con Antetokounmpo de punta de lanza.

Fotis Katsikaris tiene muy claros los galones y es perfectamente consciente que las selecciones fuertes son las que combinan músculo y calidad. A los tres jugadores de la NBAKounmpo, Koufos y Papanikolaou- habría que sumar a Calathes, que ha fichado por el PAO, y en un futuro a Thanassis Antetokounmpo. Habrá que seguir la evolución de los jóvenes que están en Estados Unidos –Dorsey, Mitoglou...- y de los centers que dispondrán de más minutos este año –Papagiannis, Diamantakos...-.


Hay que confiar en esta Selección a pesar de haber fallado en el Mundobasket tras una gran primera fase. La clave, como siempre, está en el cruce. Un mal día te devuelve a casa. Esperemos que el estacazo recibido por Serbia en 2014 les sirva de lección.  

jueves, 3 de septiembre de 2015

Aquellos hombres altos.

Grecia en 1983 con Fasoulas, Kokolakis y Katsoulis.

Voy a hacer un breve repaso de los pívots que han pasado por la Selección. Me parece curioso y necesario hablar de aquellos centers maravillosos que a veces parecían seleccionados por el mero hecho de ser altos, porque entonces eran muy pocos los profesionales que pasaban de 2,10.

Ante la escasez de hombres altos, los pívots gozaban de muchísimos minutos en sus clubes, con lo que con los años mejoraban sus fundamentos extraordinariamente. Sólo una lesión inoportuna o las faltas personales condenaban a aquellos largiruchos al banquillo. Un cinco “dominante” podía pasarse perfectamente 10 años en la Selección. Nadie renunciaba porque jugar en el equipo nacional era un honor. No había muchos que pasasen de 2,10, pero eran los más fieles.

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Grecia ha ganado dos Eurobaskets en su historia, uno con la pareja de cincos Fasoulas/Kambouris y otro con Lázaros Papadopoulos/Bourousis. Dos parejas de lo más curiosas.

Para muchos, tanto Fasoulas como Kambouris eran dos pívots “limitados”, mientras que de Papadopoulos mejor ni hablamos. Uno de los mayores fiascos de la historia de la ACB. En Grecia, sin embargo, siempre han sido considerados buenos jugadores.

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Grecia debutó en partido oficial en el Eurobasket de Egipto de 1949. El pívot de la Selección era el mítico Faidonas Mathiaeu, el Patriarca del baloncesto heleno, que sólo medía 1,90.

Mathiaeu jugó con la Selección 44 partidos en los que anotó 539 puntos. Logró colgarse el bronce en el Eurobasket de Egipto y el bronce en los Juegos del Mediterráneo de 1955. Además, participó en el Eurobasket de París de 1951 y en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952.

A nivel de clubes, como jugador Mathiaeu ganó 3 ligas, todas con el Panathinaikós. Su último torneo con el equipo nacional fue el Preolímpico de 1956. Se retiró en un amistoso contra Polonia en 1957.

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Un pequeño apunte antes de continuar: Grecia, tras participar en Helsinki, desaparece de los Juegos Olímpicos hasta 1996 (!!!). También se pierde bastantes Eurobaskets por no lograr superar las fases de clasificación (está ausente 10 años entre 1951 y 1961). Tanto los Juegos de los Balcanes, que ya no existen, como los Juegos del Mediterráneo, muy venidos a menos, fueron durante años los torneos que le sirvieron a Grecia para rodarse como equipo, salir fuera y competir.

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Giorgos Trontzos.

La década de los 60, como he explicado muchas veces, es la década del AEK de Atenas. Giorgos Trontzos, pívot de 2,17 y grandes fundamentos, tuvo mucho que ver en el éxito del club amarillo. El AEK y Grecia disfrutaban de un center que marcaría época en el país. Se formó en Estados Unidos y jugó partidos con la Selección de Europa, que no es moco de pavo. Sin duda, Trontzos fue el primer pívot puro que hubo en Grecia. Un interior que jugaba de interior. Además, no era torpe como otros hombres altos de la época.

Con Trontzos, Grecia finalizaba su particular travesía en el desierto y volvía a competir en el Campeonato de Europa. El pívot participó en los Eurobaskets de 1965, 1967, 1969 y 1973, y en los Juegos de los Balcanes un par de veces (en los de 1963 debutó). Su último partido con la Selección lo jugó el 22 de mayo de 1974. Su balance, 136 partidos y 1.543 puntos.

Para disputar la hegemonía del AEK, el Olympiacós fichó a varios americanos y los nacionalizó. El pívot griego-americano fue Giorgos Kastrinakis, de “sólo” 2,04, con quien Trontzos tuvo mil y una disputas a pesar de la diferencia de altura. Brillante en el uno contra uno, zurdo y fuerte, era más técnico que el del AEK. Kastrinakis tardó en debutar con la Selección por temas de papeleo y casi no coincidió en el equipo con Trontzos.

Su primer partido lo disputó contra Austria el 15 de abril de 1973 y su último el 29 de octubre de 1982. Jugó un total de 158 partidos en los que anotó 1.612 puntos. Ganó dos oros con la Selección (Juegos del Mediterráneo de 1979 y Juegos de los Balcanes en 1979) y 4 bronces en Juegos de los Balcanes (1975, 1976, 1977 y 1981). Jugó 4 Eurobaskets: 1973, 1975, 1979 y 1981.

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1979 es un año importante: Grecia gana el oro en los Juegos de los Balcanes y en los Juegos del Mediterráneo. Nunca habían coincidido en el tiempo tres pívots de tanta calidad: Giorgos Kastrinakis, Dimitris Kokolakis y Manthos Katsoulis. Su trabajo e implicación fueron fundamentales para conseguir los títulos. En aquellos tiempos, Grecia iba a los Juegos de los Balcanes y a los del Mediterráneo con el equipo fuerte, no con el “b”. Podían coincidir los torneos el mismo año, que no había problema. En 1979, por ejemplo, Grecia acabó su participación en los Juegos de los Balcanes el 18 de septiembre (4 partidos) y empezó su andadura en los Juegos del Mediterráneo el 23 de septiembre (5 partidos). Un par de meses antes de los Juegos de los Balcanes, la Selección había participado en el Campeonato de Europa de Turín (7 partidos). Tres campeonatos en un verano.

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Kastrinakis y Kokolakis en 1981.

Un poco más joven que Trontzos y Kastrinakis, el siguiente de la lista es Dimitris Kokolakis, el hombre alto que necesitaba el Panathinaikós para plantar cara a los otros equipos de Atenas. Internacional en todas las categorías, Kokolakis dominó la zona hasta la llegada de los largos del norte. Jugó en el Panathinaikós desde 1969 hasta 1983 y en el Aris desde 1983 hasta 1987.

Kokolakis era un 2,15 que conocía muy bien el juego y sabía de sus limitaciones. No era rápido, pero dentro de la zona era una garantía porque tenía un decente movimiento de pies. Nuestro gigante, inconfundible por su bigotito, ganó nada menos que 12 ligas y 5 Copas en los dos clubes que jugó.

Fue un fijo de la Selección entre diciembre de 1973 y 1986. Participó en 4 Campeonatos de Europa: 1975, 1979, 1981 y 1983, y ganó 6 medallas en los Juegos de los Balcanes (4 bronces, 1 plata y 1 oro), además del oro de los Juegos del Mediterráneo de 1979. Vistió la zamarra nacional en 178 ocasiones, siendo su último partido uno de preparación para el Mundobasket contra Polonia el 13 de febrero de 1986. Se quedó a las puertas de poder jugar el Mundial de España. La baja de Fasoulas a última hora debería haberle permitido entrar, sin embargo Politis no opinaba lo mismo.

El dominio sureño se vio roto en el país con la aparición de Nikos Galis. Sin embargo, nunca tuvo en su equipo un pívot nacional de garantías hasta la llegada de Kokolakis, ya veterano, en 1983. En cambio, en el PAOK sí que surgieron dos figuras de altura: Manthos Katsoulis y Panagiotis Fasoulas.

Katsoulis en los USA.

Katsoulis era un pívot de 2,12 que tuvo la oportunidad de formarse un tiempo en Estados Unidos. De buenos fundamentos y con un tiro decente de cuatro metros, estaba llamado a ser el jugador franquicia del PAOK hasta que irrumpió Fasoulas. Manthos era un gran pívot en una plantilla que no podía pelear contra los grandes. Su tremenda calidad le llevó a la Selección en 1976 (debutó contra Checoslovaquia el 6 de junio de 1976).

Fue el capitán de Grecia en los Eurobaskets de 1979, 1981 y 1983. Ganó el oro en los Juegos del Mediterráneo de 1979 y 4 bronces en Juegos de los Balcanes, además del oro de 1979. Se retiró en los Juegos de los Balcanes de 1984. A Katsoulis lo contemplan 165 partidos y 1.371 puntos.


¿Era Panagiotis Fasoulas un petardo? ¿Ha sido el mejor pívot de la historia del baloncesto griego? ¿En qué quedamos?

Las sensaciones que despierta Fasoulas son contradictorias. Sin embargo, si analizamos su rendimiento global, tanto en la Selección como en los clubes en los que jugó, llegaremos a la conclusión de que ha sido el mejor hombre alto que ha dado el país. Ni enormes figuras anteriores como Trontzos o Kokolakis, ni posteriores, más incostantes, como Rentziás o Schotsanitis han tenido mejor rendimiento ni más prolongado que el espigado de la melenilla.

A Fasoulas todos lo tenemos más o menos controlado, porque con él, Galis, Giannakis y compañía Grecia entró en nuestros televisores. Medía 2,13 aunque a veces parecía más alto porque era delgado como un fideo. Desgarbado, lento y a veces torpe, de repente sorprendía poniendo un tapón o colgándose del aro. Fue un poco niño prodigio y desde muy pronto recibió la llamada de la Selección, con la que jugó en todas las categorías. Eso no quiere decir que Fasoulas no se lo tuviese que currar. En el PAOK era donde más le exigían y donde más palos recibió.

Panagiotis Fasoulas debutó con la Selección absoluta en un partido contra Hungría en 1981 cuando todavía era un pipiolo. Ese mismo año, en verano, jugó los Juegos de los Balcanes con el equipo junior. En diciembre hizo lo propio con la Selección absoluta. Doblar competiciones lo haría también años después Efthimis Rentziás ante la escasez y falta de calidad de los pívots.

A nivel de clubes, Fasoulas ganó 5 ligas, 3 Copas, 1 Recopa, 1 Copa de Europa (1 triplete) con el PAOK y el Olympiacós. Con el equipo nacional, el pívot jugó un total de 244 partidos en los que anotó 2.384 puntos (9,77 puntos por partido). Ganó el oro en el Eurobasket de 1987 y la plata en el Eurobasket de 1989. Además, en los Juegos de los Balcanes se colgó un oro (1984), 2 bronces y una plata. Se perdió el Mundobasket de España de 1986 por encontrarse en North Carolina State, pero participó en los Mundobaskets de 1990 y 1994, y en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Dejó la Selección en el Mundobasket de Atenas de 1998 tras 17 años luciendo la blanquiazul. En cualquier otro país del mundo, Fasoulas sería idolatrado y aplaudido cada vez que entrase en un pabellón. En Grecia, sin embargo, eso es imposible.

Argyris Kambouris.

El caso de Argyris Kambouris es de lo más curioso. Su carrera profesional siempre irá unida al Olympiacós, donde jugó 16 temporadas entre 1978 y 1995 (la 1980-1981 la jugó cedido en el Glyfada).

Kambouris debutó en un amistoso contra Israel en 1985. La baja de Fasoulas en el Mundobasket de 1986 le abrió las puertas de la Selección y no desaprovechó la oportunidad. Argyris era un pívot torpón de 2,07 muy trabajador. En ataque aportaba más bien poco, al margen de su incansable capacidad de lucha. Era en defensa donde Kambouris se crecía, cerrando el rebote y colocando tapones. Verlo pelear contra los pívots soviéticos en el 87, pura poesía.

Argyrs Kambouris fue el “Héroe por accidente” de aquella final del Eurobasket de 1987, cuando le robó el rebote a Goborov y anotó los tiros libres, pero sería injusto recordarle sólo por eso.

Con su club ganó 3 ligas, 1 Copa y perdió 2 finales de la Copa de Europa. Con la Selección, se colgó el oro en el Eurobasket de 87 y la plata en el Eurobasket de 89. Además, participó en el  Mundobasket de 1990. Disputó un total de 126 partidos en los que anotó de media 4,15 puntos. El último partido de Kambouris fue uno de preparación para el Mundobasket de 1994 contra Rumanía en noviembre de 1993. La explosión de Rentziás y la sorprendente inclusión de Christos Tzekos en la plantilla dejaron fuera de Toronto al veterano jugador.

Stergakos en Zagreb 1989.

Por problemas de papeles, David “Nelson” Stergakos debutó tarde con la Selección. Stergakos, pívot zurdo de 2,07 de inmensa calidad, fue otro de tantos americanos helinizados por la gracia de Vasilakopoulos. En Europa le pararon los pies y frenaron tanta nacionalización sospechosa.

El pívot marcó una época en el Panathinaikós, club con el que ganó 4 ligas y 4 Copas. Había llegado a Grecia en 1978 y debutado con la Selección en 1981 en un amistoso. Sin embargo, no fue hasta 1989 cuando pudo disputar su primer partido oficial. Ganó la plata en el Eurobasket de Zagreb de 1989 y jugó el Mundobasket de 1990. Stergakos acabó jugando sólo 65 partidos con Grecia.


Efthimis Rentziás estaba llamado a ser el pívot griego y europeo de la década. Debutó con la Selección absoluta en 1992, cuando tenía 16 años. Sobre Rentziás prepararé un post porque es un caso único. Sus veranos doblando competiciones acabarían pasándole factura.

Rentziás era fuerte, tenía clase y dominaba en la pintura con sus 2,12. El pívot más completo que ha visto Grecia, sin duda. Un jugador moderno, preparado y listo. El polo opuesto a los pívots anteriores.

Jugó el Mundobasket de Toronto de 1994 con 18 años, un verano antes de ganar el oro en el Mundobasket Junior de Atenas (1995), donde literalmente se salió. También disputó el Mundobasket de Atenas de 1998 y los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. 4 Eurobaskets (1995, 1997, 2001 y 2003) completan su currículum. Abandonó la Selección en 2003 lastrado por las lesiones. En total disputó 127 partidos con la zamarra nacional. Jugó en España, en Italia, en Turquía e incluso en Estados Unidos, pero la verdad es que desde que se marchó del Barcelona en 2002 su carrera fue hacia abajo. Ni siquiera en Barcelona el bueno de Efthimis dio todo lo que se esperaba de él.


Otro pívot que estaba llamado a hacer cosas grandes fue Lázaros Papadopoulos, center de 2,13 que empezó a despuntar en el Iraklís de Salónica. Aunque no dominaba tanto el juego como Rentziás, compartió el hecho de jugar desde muy joven tanto en su club como en las categorías inferiores de la Selección.

Lázaros se quedó a medio camino. Iba para estrella pero acabó en “pívot resultón”. Empezó a ganar peso y perdió agilidad. Sus movimientos rápidos y eficaces se volvieron cada vez más lentos y previsibles. Su carrera fue hacia arriba al principio y ganó un triplete con el PAO y una Copa Uleb con el Dynamo de Moscú. Sin embargo, desde que fichó por el Real Madrid, todo fue hacia abajo, principalmente porque el físico no daba más de sí.

Papadopoulos jugó 8 años en la Selección, entre 1999 y 2007. Ganó el Eurobasket de 2005 y participó en el de 2007. Además, se colgó la plata en el Mundobasket de 2006. Podríamos decir que Lázaros iba camino de ser uno de los cincos más imprtantes de siempre con Grecia, pero no pudo por distintas circunstancias. Acabó recordándonos más a pívots torpones de otras épocas que a jugadores modernos.


Incluyo a Kostas Tsartsaris entre los pívots nacionales que han dejado huella, aunque no era un cinco puro. Kostas se convirtió en el hombre para todo. Jugó en la Selección 9 años, desde 2000 hasta 2009, y se colgó el oro del Eurobasket de 2005 y la plata del Mundobasket de 2006. El de Veria era un pívot griego atípico, porque con sus 2,09 podía tanto anotar de tres como machacar en la zona. Nuca brilló pero siempre estuvo ahí. Una garantía en el equipo que solía tapar agujeros cuando los hombres altos se cargaban de faltas personales. Era fuerte y noble, aunque repartía lo suyo. Quizás uno de los hombres más infravalorados junto con Chatzivrettas, pero fundamental para Obradovic en el PAO y para Giannakis en la Selección.


Quizás no debería incluir a Sofoklis Schortsanitis en la lista, básicamente porque sólo jugó 4 años con la Selección, de 2006 a 2010. Debutó en partido oficial con Grecia en el Mundobasket de 2006 y disputó su último partido en el Mundobasket de 2010 contra España. Se colgó la plata de Pekín y el bronce del Eurobasket de 2009. Además, formó parte de la Selección en el Eurobasket de 2007 y en los Juegos Olímpicos de 2008. Anteriormente, con el equipo junior, habíá ganado dos bronces, uno en el Eurobasket de 2002 y otro en el Mundobasket de 2003.

Lo incluyo, sin embargo, por no haber habido otro como él. Con sus 2,06 centímetros desintegró a los americanos en Japón e hizo cosas que jamás se habían visto. Todo fuerza y bravura, no exentos de calidad.

Una pena ver que año tras año Sofo renunciaba a la Selección desde 2010. Siempre fue a la suya y sólo cuando decidió cuidarse o cuando el entrenador de turno lo puso en vereda, espabiló. Los eternos problemas de sobrepeso y su indisciplina estuvieron a punto de tirar al traste un carrera que, siendo brillante, podría haber sido mucho mejor.

54 partidos en total y 439 puntos fueron el balance de Schortsanitis con la Selección.


El último hombre grande que considero que merece estar aquí es Giannis Bourousis. A pesar de sus salidas de pata de banco, siempre ha sido fiel a los colores del equipo nacional. Lleva 10 años acudiendo a las citas y ha sido el pívot titular los últimos campeonatos.

Sin ser un pívot dominante, a sus 2,13 hay que sumarle su capacidad técnica y su experiencia. Su presencia en la pista se nota y en Grecia, ante las bajas de Schortsanitis y otros, manda debajo. Ni Glyniadakis, ni Bougioukas, ni Kavvadás, ni Koufos han discutido nunca su titularidad.

Bourousis se siente cómodo en la Selección y juega bastante mejor que en los clubes que le pagan. De momento lleva 125 partidos y 1.167 puntos. Ganó el oro en el Eurobasket de 2005 y el bronce de 2009.

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Han sido muchos otros los centers de Grecia, pero no han tenido continuidad. A los citados anteriormente como Bougioukas o Glyanadakis quizás habría que sumar a Iakobos Tsakalidis (1998-2003), a Dikoudis, que no era un cinco puro, o algún otro. Sin embargo, creo que la muestra es suficientemente representativa.


Fasoulas y Trontzos.

Trontzos, Fasoulas, Kontos y Kokolakis.