martes, 27 de mayo de 2014

El Olympiacos de las cuatro copas (1971-1981).

Plantilla del primer doblete (temporada 1975-1976).

Sólo ha habido dos épocas de dominio rojo, o tres si contemplamos también la actual, en toda la historia del baloncesto griego.

La primera Dinastía del Pireo es la de los griego-americanos (década de los 70) y la segunda la de los ex yugoslavos (primer lustro de los 90).

Sismanidis, Mathiaou y Diakoulas.

El arquitecto de la dinastía fue el entrenador Faidonas Mathiaou (1967-1976), que rescató al equipo de segunda división y en cuatro años lo colocó en la élite del baloncesto griego.

G. Papadakis, director general del club, le ofreció 10.000 dracmas al mes, cuando entonces los sueldos rondaban entre los 2.500 y los 3.000. Mathiaou trabajaba en un banco y su sueldo era de unos 3.000 dracmas. “Nadie te molestará y no tendrás problemas”. Así fue como el coach se puso a trabajar en el club. El primer año consiguió el ascenso y el segundo la cuarta plaza. Estando en la división de plata, se las arregló para que un americano, Spearman, luciera los colores del Olympiacós. Fue uno de los primeros americanos en jugar con pasaporte griego.

En la temporada del regreso, el equipo consiguió algunas victorias de prestigo contra el PAOK, el Panionios y el Aris, y terminó en una meritoria cuarta plaza con un balance de 15 victorias y 7 derrotas. Los dos años siguientes logró la quinta plaza, mientras que en 1971 alcanzó la cuarta (balance 19-7). En la temporada 71/72 el Olympiacós mejoró notablemente sus resultados, consiguiendo acabar empatado en la primera plaza con el Panathinaikós a 22 victorias. El average particular condenó a los rojillos, que terminaron segundos.

Nikos Golandrís.

De la mano del entrenador y del presidente Nikos Goulandrís, el Olympiacós se hizo los servicios de tres griego-americanos para reforzar la plantilla en verano de 1972. Primero llegaron Steve Giatzoglou (por entonces, Steve Young), Giorgos (George) Kastrinakis y Pavlos (Paul) Diakoulas, y dos años después Paul Melini. Sin Goulandrís la historia del Olympiacós se escribiría de otra manera. Era todo un personaje. Había llegado al club en 1970, se convirtió en manager general en 1971 y en presidente en 1972 (de baloncesto y fútbol). Fue uno de los primeros mecenas del deporte heleno.

De una forma inusitadamente rápida, los americanos consiguieron los papeles para jugar (en Grecia no podían jugar extranjeros). La persona encargada de realizar el papeleo era seguidora del Olympiacós, como reconoció Mathiaou, y tuvo las nacionalizaciones listas en un tiempo récord.

La mentalidad de los foráneos era totalmente distinta, así como su manera de jugar. Su estilo era mucho más veloz y la manera de preparar los partidos no tenía nada que ver con la que había habido hasta el momento.

Steve Giatzoglou.

Steve Giatzoglou (o Steve Young o Stylianós Giatzoglou) se crió en el Bronx y su padre era griego. Había jugado con el equipo de la Universidad de Conneticut y después en un club de El Líbano, que en 1972 hizo una gira por Grecia. El Olympiacós se fijó en él e inmediatamente lo convenció. Sin duda, los marineros buscaban tener en sus filas a un jugador parecido a Christos Kefalos, el griego-americano que había llevado al Panathinaikós al copo.

Fue apodado el León por su larga cabellera rubia, y por su carácter ganador, no tardó mucho en conectar con la afición del puerto. Podía jugar en cualquiera de las tres posiciones exteriores y desde que pisó la pista, casi nunca la dejó. Dirigía, anotaba y asistía. Steve era mucho más fuerte que los bases que había entonces y tenía mucha más calidad.

No tardó en debutar con la selección, que abandonó en 1981 con la irrupción de Nikos Galis.

Giatzoglou jugó 12 años en el club, desde 1972 hasta 1984, y fue una de las piezas claves de la dinastía. Se adaptó al estilo de vida griego y se quedó a vivir en el país. Del Olympiacós pasó al PAOK, donde jugó una sola temporada (84/85).

Con el Olympiacós conquistó las cuatro Copas que dan nombre a la dinastía y dos ligas, a parte de varios segundos puestos. Con la selección participó en los Eurobaskets de 1973, 1975 y 1979. Fue oro en los Juegos del Mediterráneo de 1979 y logró varias medallas en Juegos de los Balcanes.

Cuando se retiró, se hizo entrenador y dirigió a muchos equipos: Olympiacós, Iraklís, AEK, Egaleo, Aris, etc... Fue también presidente de la Asociación de jugadores, entrenador de la selección nacional de Corea y estuvo metido en política.

Giorgos Kastrinakis y Giorgos Trontzos.

Además de Giatzoglou, Giorgos Kastrinakis era el otro jugador destacado. Un pívot zurdo de los de antes, que metía el culo y utilizaba los codos. Sorprendió ver a un hombre alto jugar con tanta rapidez. Era un interior con menos centímetros (2,04) que el mítico Giorgos Trontzos del AEK, pero que movía mucho mejor los pies. Además, debido a la buena preparación física, era capaz de aguantar el ritmo elevado que imprimía aquel Olympiacós.

Tenía un tiro decente de tres o cuatro metros y hacía verdaderas diabluras en la zona.

Su vida profesional en Grecia fue ligada a la de Steve Giatzoglou. Como él, Giorgos Kastrinakis se mantuvo 12 temporadas en el club, entre 1972 y 1984, consiguiendo los mismos títulos. Con Grecia jugó los Eurobaskets de 1973, 1975 y 1979. Después del Olympiacós, jugó en el Ilysiakós en segunda división.

Pavlos Diakoulas.

Paul Diakoulas también jugaba de pívot. Como Kastrinakis, podía correr y jugar de espaldas, aunque no poseía la calidad de George.

Se mantuvo en la plantilla 10 temporadas, desde 1972 hasta 1982. Formó parte de la selección en el Eurobasket de 1975.

Entre 1983 y 1989 jugó con el Kolossós Rodas. No guarda buen recuerdo de su etapa en el Olympiacós porque el presidente Golandrís no pagó lo que estipulaba en contrato.

Paul Melini.

Paul Melini llegó un par de años más tarde que el resto (1974-1980), pero se adaptó maravillosamente. Era menos anotador que los otros, pero mejor defensor. Resultó el complementó perfecto que necesitaba el grupo.

El mítico Giorgos Barlás.

En el quinteto titular de la dinastía solía figurar Giorgos Barlás, un anotador de época que  procedía del Sporting. Jugó entre 1972 y 1979. Ganó dos liga y 3 copas, y fue internacional en los Eurobaskets de 1965, 1967 y 1969. Entre 1980-1983 entrenó a la primera plantilla del Olympiacós.

Tolis Spanos.

Otros jugadores importantes de la dinastía fueron Nikos Sismanidis, Tolis Spanos o Thanassis Rammos, que solían entrar como sexto, séptimo u octavo hombre. Algunos llevaban años en el club y habían formado parte de la plantilla que había consiguido el ascenso en 1967. En pocos años pasaron de jugar en segunda a pelear por el campeonato de la división de honor.

Balance de la Primera dinastía roja (1971-1981).

Es justo decir que, si no llega a ser porque la Dinastía de los griego-americanos coincidió en el tiempo con una gran generación verde, hubiera ganado más títulos. Los pireotas sólo ganaron 2 ligas mientras que los atenienses conquistaron 7.

El Olympiacós quedó segundo en la liga en 7 de las 10 temporadas: 1971/1972, 1972/1973, 1974/1975, 1976/1977, 1978/1979, 1979/1980 y 1980/1981.

Con los cuatro griego-americanos a pleno rendimiento, el Olympiacós acabó segundo en la liga en la temporada 72/73, a una sola victoria del PAO. Un año después, el equipo sufrió un bajón inexplicable y terminó con 12 victorias y 10 derrotas. Sin embargo, la plantilla recuperó el tono el curso 74/75 y volvió a quedar segundo, por detrás del Panathinaikós para no perder la costumbre.

En Europa los rojillos superaron la primera ronda de la Recopa en la temporada 1972/1973. Eliminaron al RAAK Punch holandés, pero cayeron ante el Spartak Brno al perder los dos partidos. Un año después, los del puerto superaron al Soproni MAFC de Budapest (67-67 en Hungría y 70-54 en Grecia) y perdieron contra el CSKA de Sofía (67-59 en Grecia y derrota en Bulgaria 79-69).

Los campeones presentando el trofeo (temporada 75/76).

En la temporada 1975-1976 el Olympiacós realizó la mejor campaña de su historia. Se proclamó campeón de liga sin conocer la derrota (22 victorias) y levantó la Copa de Grecia en la primera edición que se organizaba. Además, quedó clasificado entre los 8 mejores de la Recopa.

Giatzoglou, Kastrinakis y Diakoulas celebrando un título de Copa.

En la Copa se deshizo del Demócritos por 87-50 y del Iraklís por 73-71 antes de llegar a la final. En la misma, disputada en Glyfada el 12 de julio, el Olympiacós se impuso por 81-69. Kastrinakis (20), Giatzoglou (19), Diakoulas (18) y Melini (11) fueron los más destacados.

Tras aquella temporada triunfal, el presidente llamó a Mathiaou a su despacho y le ofreció la renovación a la baja. El entrenador se sintió engañado y dejó el club (fichó por el Panionios).

El sustituto de Faidonas fue Kostas Mourouzis (1976-1979), otro de los grandes, que había ganado 6 ligas con el mítico Panathinaikós de las 4K.

Giatzoglou, Kastrinakis, Diakoulas, Melini, Barlás y Mourouzis.

Quedó sorprendido cuando vio que en los entrenamientos los griego-americanos no se hablaban con los griegos. Era como estar viendo a dos equipos distintos. Ni siquiera en los vestuarios se dirigían la palabra. Mourouzis tuvo que mediar para que unos y otros se comportasen como adultos y juntasen sus fuerzas.

Quizás en esta anécdota contada por Mourouzis encontremos la respuesta a por qué no se consiguieron más títulos: tanto fuera como dentro del campo, griego-americanos y nacionales iban cada uno por su lado. No era un grupo unido.

El trabajo del nuevo entrenador, apodado el Zorro de los banquillos, se basó fundamentalmente en eso, hacer jugar al Olympiacós como equipo y no como individualidades. 

En la temporada 1976-1977 el Olympiacós acabó segundo en la liga y volvió a ganar la Copa.

La final se disputó en el Panathinaikó Estadio ante más de 5000 espectadores y el club del Pireo se impuso al Panionios de Mathiaou por 103-88. Giatzoglou se fue hasta los 31 puntos, mientras que Diakoulas anotó 17 y Rammos 16, como hombres más destacados.

En la Copa de Europa acabó cuarto y último de su grupo, empatado a dos victorias con el Dynamo de Bucarest. Tanto el Maccabi como el Synudine Virtus Bologna se mostraron superiores.

Kastrinakis contra el AEK en el Panathinaikó Estadio.

Un año después (1977-1978), recuperó el trono y conquistó su segundo doblete en tres años. En la liga sólo sufrió una derrota contra el AEK y en la Copa venció al mismo equipo por 83-72 en la final. Giatzoglou anotó 28 puntos, Kastrinakis 21, Diakoulas 16 y Barlás 14.

En la Recopa sorprendió al Hapoel de Tel Aviv (75-55) y se clasificó pese a la derrota en Israel (79-60). De nuevo el Synudine de Bologna se cruzó en el camino y, aunque ganó en el Pireo por 78-72, cayó en Italia por 78-61.

En la temporada 1978-1979 acabó segundo tras un polémico partido contra el Aris en El Pireo. A causa de un monedazo que impactó en la cara de uno de los árbitros, el partido quedó suspendido poco tiempo antes de acabar y el equipo fue sancionado con 0 puntos.

Jerry Jenkins.

En Europa, el Olympiacós acabó entre los 6 mejores del continente, en parte gracias a la aportación del americano Jenkins, que con sus dos metros pelados marcaba las diferencias.

Derrotó en la fase de grupos al Jalaa de Alepo sirio los dos partidos y perdió uno contra el Moderne Le Mans francés y otro contra el Gdansk Wybrzeze polaco. La victoria contra el Gdansk por 102-79 sentenció la clasificación.

Los griegos se colaron en la fase final junto a los todopoderosos Real Madrid, Bosna Sarajevo, Maccabi, Pallacanestro Varese y Joventut de Badalona. Solamente logró una victoria en los 10 partidos, en casa contra el Maccabi. El americano Olsi Perry la tomó con el público y se fue a la grada. Entre 10 policías no eran capaces de frenar a la bestia, que se lio a mamporros.

Por primera vez en las cuatro ediciones disputadas, el Olympiacós no consiguió el título de Copa. En la final cayó derrotado frente al Panathinaikós de Kostas Politis por 79-72 ante más de 19.000 espectadores. Los 30 puntos de Giatzoglou, los 15 de Diakoulas y los 13 de Kastrinakis no fueron suficientes.

Tanto en 1980 como en 1981 el Olympiacós se quedó a la puertas de triunfo y acabó segundo en la liga. En la temporada 1979-1980, eso sí, ganó su cuarta Copa de Grecia en cinco años.

Mourouzis en un tiempo muerto.

Tras superar al PAO por 62-60 y al Panionios por 93-73, en la final volvió a encontrarse al AEK de Atenas, al que superó por 85-80. Los mejores fueron Giatzoglou y Kastrinakis, ambos con 22 puntos.

El desgaste provocado por el cuerpo a cuerpo contra los verdes y el ascenso de los equipos de Salónica hunideron al Olympiacós en una crisis profunda de juego y resultados. Tendrían que pasar 13 años hasta que los marineros ganasen un nuevo título.

Participó en la Copa Korac, pero quedó pronto eliminado al quedar por detrás del Rietti italiano y del Joventut de Badalona.

En la última temporada de la dinastía, el Olympiacós fue eliminado por el Ionikós Nicea de Panagiotis Giannakis al perder por 93-92 en la tercera ronda, mientras en Europa cayó en primera ronda contra el Verve belga.

El Olympiacós de 1980.


En verano de 1981 salen a la luz los problemas económicos por los que atraviesa el club. Melini y Sismanidis abandonan el equipo. El resto de griego-americanos se niega a volver de Estados Unidos para hacer la pretemporada. Finalmente se soluciona el embrollo como se puede, pero el que lo paga es el coach Mihalis Kyritsis, que se pasa varios meses sin cobrar. Acaba dimitiendo, el Olympiacós sexto y en Europa humillado por el Maes Pils (96-60). Un triste final para una gran dinastía.

Un derby Panathinaikós-Olympiacós de aquella época.

jueves, 22 de mayo de 2014

La década prodigiosa del baloncesto en Salónica (Iraklís IV).

Plantilla de la temporada 1993-1994.

Cifras y personalidades de la Dinastía azul.

Es complicado encontrar datos sobre algunos de los jugadores del Iraklís. Como en los otros dos equipos de la ciudad, hubieron varios hombres que estuvieron en el club casi una década pero que vivían apartados de los focos. Sin embargo, de las figuras claves de aquella época sí se pueden encontrar cositas.

Era tiempos en los que los titulares pisaban el parqué casi los 40 minutos y lo suplentes envejecían en el banquillo. Con la inclusión de extranjeros en las plantillas, prácticamente desaparecieron de las pistas. Con todo, debe reconocerse su labor de equipo, su profesionalidad y su paciencia.

En mi opinión, seis son los nombres fundamentales de la dinastía. No incluyo  a ningún entrenador, aunque destacaría el trabajo de Soulis Markopoulos (1987-1990) y de Slobodan Subotic (1993-1995), primero como asistente y luego como coach. Hubo otros entrenadores como Dragan Sakota, Theodoros Rodopoulos o Steve Giatzoglou, pero sólo estuvieron una temporada en el banquillo.

El sexteto lo formarían: Kostas Chaitoglou, Dimitris Papadopoulos, Lefteris Kakiousis, David Ancrum, Christos Tsekos y Jure Zdovc.

Kostas Chaitoglou y Giannis Ioannidis a pie de pista.

El primer nombre de la Dinastía azul es Kostas Chaitoglou, el mecenas. El empresario no dudó en apoyar económicamente al club y hacerlo crecer. Fue el presidente más joven de la liga (35 años) y en cuanto se marchó, el club se resintió enormemente. En diciembre de 1995, pocos meses después de haber abandonado el club, secuestraron a su hermano. Pagó un rescate de 260.000.000 dracmas y fue liberado. Desde entonces, aunque sigue teniendo una de las empresas más rentables de alimentación del país (famosa por el Chalvás), vive retirado del mundanal ruido.

Dimitris Papadopoulos en un derby contra el Aris.

Apodado el “Doctor”, por ser estudiante de Medicina cuando llegó, el tesalonicense Dimitris Papadopoulos (1986-1995 y 1996-1997) es otro de los hombres clave de la dinastía.

Aunque se metió en el Aris cuando todavía iba al colegio, no fue inscrito en ningún equipo. Entonces se marchó al Melitea, que jugaba en una categoría profesional, pero de poco nivel. Al poco tiempo fichó gratis por el Iraklís sin ni siquiera preguntar al Aris.

Formó parte de la primera plantilla desde los 19 años, aunque estuvo a punto de dejarlo porque entró en Medicina y tuvo que hacer la mili.

En su primera temporada mostró su talento a cuentagotas, pero a partir de la siguiente empezó a destacar. Desde el principio contó con la confianza de Markopoulos porque ponía mucha pasión en todo lo que hacía. Era un tres muy fuerte y un gran defensor. Si había que anotar, lo hacía sin problemas.

Su talento no pasó desapercibido. Papadopoulos fue preseleccionado para el Eurobasket de 1987 y formó parte de la primera lista de 16 jugadores. Poco antes del campeonato fueron descartados 2, con lo que quedaban 13 (el alero del Iraklís estaba entre los elegidos).

A la vuelta de un partido de preparación en Roma, Kostas Politis le comunicó a Dimitris que él era su último descarte. El pobre rookie se quedaba fuera por los pelos y tenía que ver el éxito de la selección por la televisión.

Papadopoulos y Drazen Petrovic en el Eurobasket de 1989.

Papadopoulos no se desanimó y siguió trabajando duro, mejorando año tras año sus prestanciones. A partir de 1988 fue fijo en todas las convocatorias.

Se marchó un año al AEK -en 1995- para regresar la temporada siguiente y volverse a ir, también al equipo de Atenas, donde jugó hasta 1999.

Papadopoulos es el segundo máximo anotador de la historia del club (3.313 puntos), el máximo reboteador, el mejor triplista y el  tercer jugador que más veces ha vestido la camiseta del Iraklís (198 partidos, 4.958 minutos). Fue internacional con Grecia en 67 ocasiones, se colgó el bronce en el Eurobasket de Zagreb de 1989 y participó en el Mundobasket de Argentina de 1990 y en el Eurobasket de 1991.

Como entrenador, formó parte del staff técnico del Panathinaikós de Obradovic entre el 2000 y el 2007. Luego dirigió varios equipos como primer entrenador.

Dimitris Papadopoulos acabó convirtiéndose en el fiel escudero de Lefteris Kakiouzis (1987-1997 y entrenador 2004-2005 y 2009-2010).

Kakiousis y Giannakis en la temporada 95/96.

Lefteris Kakiousis ha sido el jugador más importante de la historia del club. Fue el buque insignia durante 10 años y se convirtió en uno de los mejores bases de la liga. Lo raro es que se mantuviera tantos años en el club y no fichase por otro equipo más grande.

Ha sido el jugador que más veces ha vestido la camiseta azul, el primero en asistencias, el tercero en anotación, el cuarto en triples y el quinto en rebotes. En la temporada 94-95 fue el máximo asistente de la liga.

Su personalidad y su trabajo lo llevaron a la selección en cuanto Galis la abandonó. Fue internacional en 44 partidos, y participó en los Eurobaskets del 93 y del 95, además de lograr el quinto puesto de los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996.

Lefteris Kakiousis también fue entrenador del Iraklís.

Fichó por el PAOK en 1997 donde jugó 2 temporadas y ganó el único título de su carrera como jugador, la Copa de 1999. Se retiró en el Makedonikós de Neápoli (Salónica), donde jugó entre 2000 y 2002.
Fue entrenador del Iraklís en las temporadas 2004-2005 y 2009-2010. En el Eurobasket 2005 (oro) y en el Mundobasket 2006 (plata) era uno de los asistentes de Giannakis.

El tercer jugador clave de la dinastía fue el americano David Ancrum (1987-1992), que acabó convirtiéndose en un hombre de la casa.

David Ancrum.

Ancrum procedía de los Albani Patrouns de la CBA, donde había jugado a las órdenes de Phil Jackson. Makis Kalantaridis, ayudante de Soulis Markopoulos, le había echado el ojo. “Será como nuestro Galis”, le dijo al coach. La operación se cerró por 50.000 dólares.

Aterrizó el 7 de septiembre de 1987 y firmó para ocupar la plaza de extranjero en la Copa Korac. Se sintió muy a gusto en la ciudad desde el primer día.

Aunque en su primer año sólo pudo jugar 4 partidos, enamoró al público del Ivanofio. Destacó su actucaión contra el Estudiantes, al que le metió 42 puntos (100-98).

Volvieron a contratarlo para ocupar la plaza de extranjero la primera temporada en la que se admitían en la liga (1988-1989).

Debutó en competición doméstica el 15 de octubre de 1988, anotando 35 puntos contra el Filipos de Salónica (90-69). David Ancrum era puro espectáculo. Sus cambios de ritmo y su zurda hicieron enloquecer a los aficionados. Merecía pagar la entrada sólo para verlo a él. En las cinco temporadas que estuvo en el país, promedió más de 30 puntos por partido.

Su récord de anotación lo consiguió en el curso 1990-1991, cuando anotó 59 puntos contra el Peristeri. Un año antes, en un partido de Copa contra el Expresso, llegó a 58 puntos. En Europa, su récord fue de 53 puntos que le enchufó al Riga en la Copa Korac.

La temporada 90/91 fue la mejor de su carrera (acabó con 36,1 puntos de media, 59% de dos puntos y 87% en tiros libres). A parte de los 59 puntos que materializó contra el Peristeri, anotó 57 puntos (14/21 y 4/8 en triples) contra el Panionios, uno de los cocos del campeonato. Cuando los periodistas le preguntaron si era mejor él o Galis, respondió: “Galis y yo somos buenos, pero el mejor es Jordan”.

Ancrum a hombros tras un derby contra el Aris.

En la temporada 91/92, en un partido histórico, el IRA se impuso al Aris en el Ivanofio y Ancrum salió a hombros del pabellón (metió 51 puntos).

El americano se sentía todavía en forma para seguir a sus 34 años. Además, en verano había empezado su proceso de nacionalización. Con dos extranjeros y Ancrum “griego”, el IRA prometía emociones fuertes. Sin embargo, la nacionalización fue imposible. “ Si fuéramos un equipo de Atenas, todo sería más fácil”, llegó a decir.

El coach Theodoros Rodópoulos cogió el equipo en 1992 y optó por Ancrum y Butler como extranjeros. Sin embargo, pocas horas antes del inicio del campeonato, cambió sorprendentemente y eligió a Steve Burt y a John Saski. Rodópoulos actuó a traición, porque Ancrum se enteró que no entraba en sus planes a través de Ken Barlow, amigo y jugador del PAOK con el que solía hablar. El americano llegó a decir: “Vuelo en pocas horas hacia allí y nadie me ha dicho nada”.

Aquel fue el final de la carrera de David Ancrum en Grecia, después de 5 años increibles. Terminó con 3.502 puntos anotados en 104 partidos de liga, con un promedio de 33,7. En Europa logró 1000 puntos en 33 partidos (30,3). Lamentablemente, no pudo despedirse de la afición como le hubiera gustado.

El alero no fue nunca el máximo anotador de la liga, porque coincidió en el tiempo con Nikos Galis y con Zarko Paspalj, pero siempre fue de los mejores artilleros del cameponato.

Christos Tsekos en el Mundobasket de Toronto 1994.

El pívot Christos Tsekos jugó en el Iraklís entre 1987 y 1992. Procedía del Panellinios, que había sorprendido a todo el mundo colándose en la final de la Copa la temporada anterior jugando el segunda división.

Tsekos era ex atleta. Era corpulento y fuerte, aunque técnicamente limitado porque empezó tarde a jugar. Se fue al PAOK en 1992 a cambio de 3 jugadores, aunque nunca llegó a explotar. Fue internacional con Grecia y participó en el Eurobasket de 1993 y en el Mundobasket de Toronto de 1994, en los cuales logró la 4ª plaza. En el PAOK jugó 5 temporadas y ganó varios títulos, pero siempre saliendo desde el banquillo .

Jure Zdovc.

Aunque sólo estuvo tres temporadas (1993-1996), Jure Zdovc merece un puesto entre los elegidos porque dejó huella. Fue el protagonista de la última etapa de la Dinastía azul.

Llegó procedente del Limoges, con el que había ganado la Euroliga, y siempre mostró su compromiso con el club y con la gente. No iba de estrella.

Compartió la dirección de juego con Lefteris Kakiousis con éxito, pero era de esos bases que jugaba y hacía jugar.

En 2005 fichó por el Iraklís como entrenador, pero los problemas económicos provocaron su marcha.

Otros jugadores.

Hubo jugadores que estuvieron muchos años en el club, de los cuales sólo he podido encontrar el nombre.

El tesalonicense Nikos Kouvelas empezó a jugar en el Iraklís a los 14 años (1987) y llegó al primer equipo años después. En su primera etapa, la de la Dinastía, se mantuvo en el club hasta 1996. Volvió años después, tras haber jugado en el Lárisa y el Papagou. Regresó en la temporada 2005-2006 para retirarse. Fue internacional con Grecia en categorías inferiores.

Aris Cholopoulos llegó en 1986 procedente del Kozani y jugó 10 temporadas en el Iraklís. De los azules pasó al Aris, con el que ganó la Copa Korac. Luego jugó en el Filipos y en el Expreso de Kalithea. Fue el sexto hombre a partir de la llegada de David Ancrum al equipo y quizás por ello se frenó su progresión. Formó parte de las categorías inferiores de la selección, ganando unos Juegos de los Balcanes y quedando cuarto en un Eurobasket junior. Jugó 12 partidos con la selección absoluta, destacando la medalla de plata en los Juegos del Mediterráneo de 1989.

Nikos Papagiotidis.

Giorgos Farmakis, Vasilis Mantis, Stelios Giouzelis, Sotiris Nikolaidis o Nikos Panagiotidis fuero otros de los jugadores que formaron parte de la Dinastía azul del Iraklís de Salónica.

Una década a la que le faltó un título.


Entre 1986 y 1996 el Iraklís no ganó ningún título. Perdió la oportunidad de conseguir la Copa de Grecia en dos ocasiones, en 1994 (Olympiacós-Iraklís: 63-51) y en 1996 (Panathinaikós-Iraklís: 85-74). En competiciones europeas, llegó a la semifinal de la Recopa en la temporada 94/95, el mismo año en que consiguió la tercera plaza en la liga. Esa ha sido la mejor clasificación en toda la historia del club. Cabe destacar también dos cuartas plazas.

lunes, 19 de mayo de 2014

La década prodigiosa del baloncesto en Salónica (Iraklís III).

Davic Ancrum contra el Keravnos de Chipre.

El Iraklís sufrió un bajonazo en la temporada 92/93, a pesar de realizar algunos partidos destacados, como el jugado contra el PAOK de Ivkovic en el Ivanofio (81-65). La plantilla del serbio era de las mejores de Europa y se clasificó para la Final Four de Atenas, sin embargo, la actuación de Burt (33 puntos) destrozó al PAOK. Sus sobresalientes actuaciones facilitaron su regreso a la NBA antes de terminar la temporada. Había llegado de Phoenix Suns y se iba a los Washington Bullets.

Los planes del IRA se vieron trastocados y el juego empeoró. Los azules acabaron octavos en la liga. El hecho de que los equipos de Atenas se hubieran reforzado enormemente, afectó a los clubes más pobres, que no podían competir en igualdad de condiciones. Sin Europa en el horizonte, se respiraba cierto clima de incertidumbre.

En la Copa Korac superó al Keravnós chipriota (85-96 y 116-80) y al Adhazi Interlatvia de Riga (83-109 y 82-64). Quedó encuandrado en un grupo difícil, pero realizó su mejor participación europea hasta entonces. Ganó los dos partidos al Ostende y uno al Caserta, pero con 3-3 quedó empatado con los italianos de Óscar y eliminado por el average. Los azules ganaron en Salónica por 93-88, pero perdieron en Italia por 101-87. El Barcelona ganó el grupo y los dos partidos contra el Iraklís.

Jure Zdovc recibido en el aeropuerto.

Chaitoglou necesitaba fichar a nuevos jugadores que ilusionasen a la afición y tiró la casa por la ventana. Durante el verano el Iraklís se hizo con los servicios de Jure Zdovc, que llegaba de ganar la Euroliga con el Limoges, y del gigante James Donaldson. Aunque el pívot ya tenía 36 tacos, su amplia experiencia NBA y sus 2,18 podían ser aprovechados. Evidentemente, los aficionados enloquecieron. Además, se fichó a Dragan Sakota, un entrenador de peso.

James Donaldson dialogando con Dragan Sakota.

Consciente de que ganar la liga es misión imposible, el club centra sus esfuerzos en lograr regresar a Europa y en la Copa. Aunque no consigue clasificarse entre los cinco primeros, el Iraklís acaba en la 6ª plaza que le da derecho a jugar competición europea.

El IRA de la temporada 1993-1994.

Además, en la misma temporada (93/94) los azules se plantan en la final de la Copa de Grecia después de más de 10 años. El equipo da la cara, pero el Olympiacós se impone por 63-51. Los anotadores azules de aquel partido son: Cholopoulos 6, Kakiousis 6, Donaldson 8, Panagiotidis 2, Asteriadis, Kouvelas 11, Zdovc 10, Tampakis 5, Stavropoulos 3, Chatzopoulos.

Con Zdovc convertido en el base titular e ídolo absoluto y el americano Walter Berry, el IRA consigue una muy meritoria tercera plaza en la liga 94/95. O lo que es lo mismo, el Iraklís se convierte en el mejor equipo de Salónica. El Panathinaikós y el Olympiacós empiezan a abrir hueco entre sus perseguidores, por lo que la tercera plaza es un éxito extraordinario.

Zdovc y Peras.

En Europa supera dos eliminatorias de la Copa Saporta, antigua Recopa, y se mete en los grupos. Con 9 victorias y 1 derrota, empata en lo alto de la clasificación con el Antibes. En el duelo directo, en Salónica ganaron los azules por 74-71, y en francia los galos por 88-78. Se cruzó con el Taugrés, líder del otro grupo, con desventaja de campo. En Salónica ganó el Iraklís por 79-78, pero en Vitoria los vascos se impusieron por 79-74 y 70-66.

Subotic dando órdenes.

La temporada puede calificarse de histórica. Slobodan Subotic, en su primera temporada como primer entrenador, dio la razón a los que confiaron en él. La plantilla 94/95 la formaban Jure Zdovc, Lefteris Kakiousis, Kountourakis, Pit Papachronis, Walter Berry, Cholopoulos, Moraitis, Asteriadis, Tampakis, Kouvelas, Panagiotidis, Giannouzakos.

Walter Berry.

El IRA paga cara su gran temporada. Durante el verano del 95, Walter Berry regresa al Olympiacós y Subotic acepta la oferta del AEK y es sustituido por el griego-americano Steve Giatzoglou, ex jugador del Olympiacós de mediados de los 70. Chaitoglou deja la presidencia y le sustituye Andreas Oikonomou, que sorprender al mundo con los fichajes de Xavier McDaniel y Roy Tarpley.

Xavier McDaniel a su llegada.

La plantilla la forman Lefteris Kakiousis 10, Jure Zdovc, Vangelis Angelou, Asteriadis, Xavier McDaniel 23, Pit Papachronis, Roy Tarpley 21, Giannouzakos 14, Kountourakis, Moraitis, Kouvelas, Bourgos 6.

En la fase de grupos de la Euroliga, el IRA queda el último con 3 victorias y 11 derrotas. Los 3 triunfos se producen en casa contra el Antibes, el CSKA y el Unicaja de Málaga.

Roy Tarpley.

Gracias a la buena labor -aunque demasiado anárquica en ocasiones- de los americanos, el equipo regresa a la final de la Copa de Grecia, esta vez contra el Panathinaikós. Los verdes son demasiado rival y derrotan a los tesalonicenses por 85-74. Los azules empiezan bien el partido hasta que Tarpley (21 puntos) se agota y McDaniel (23 puntos) empieza a flojear. Prácticamente sólo tiran ellos al aro y al descanso el equipo ya se ha dejado ir (47-27). Giannouzakos ayuda con 14 puntos y Kakiousis con 10, pero son contrarrestados por los 25 de Dominique Wilkins, los 23 de Ekonomou, los 13 de Vrankovic y los 11 de Sokk.

Imagen de la última temporada de la Dinastía azul, la 95/96.

En la liga el IRA acaba en la novena plaza y, aunque se clasifica para la Eurocopa (futura Saporta), está claro que algo está cambiando. El club ya no volverá a ser uno de los fuertes de Grecia hasta la llegada de la generación de Diamantidis, Papadopoulos y Chatzivrettas.


Si tuviéramos que hacer una plantilla con los mejores jugadores de la historia del club, sin duda sería una mezcla entre la Dinastía azul de los 80 y la de finales de los 90.